El Mundo Oculto y Paralelo de los Niños.

POR: CARLOS ORTEGA
La globalización y el trajín diario fusionados, genera en la vida de muchas familias la inconsciencia y falta de atención en los futuros hombres del mañana, los niños en edades de 0 a 4 años forman hábitos positivos y negativos a través de la imitación en casa sobre los comportamientos de los padres o familiares que los rodean. Esta edad es fundamental para el desarrollo de convivencia en sociedad; por ejemplo, hábitos de higiene, alimenticios, hábitos de lectura, práctica de algún deporte, tiempos de recreación, descanso, entre otros, marcarán su vida en adelante.
Los tiempos cambian, la educación evoluciona y la sociedad debe adaptarse sin perder su esencia de convivir en orden y cumplir un rol productivo, éste es cada vez más exigido, de tal manera que al paso del tiempo, el trabajo se vuelve lo más importante para el hombre. Esta situación genera en las familias abandono o descuido del hogar, incluso sabiendo que la “Familia” la base de la sociedad. Los horarios de trabajo y sus exigencias, cada vez son más demandantes desgastando física y psicológicamente el recurso humano; como consecuencia, los pequeños en casa aprenden a vivir con "nanas" o “niñeras”, muchas de estas son el televisor, la computadora, los video juegos, gadgets, teléfonos motives, o algunos otros monitores que hacen posible entretenerlos, interactuar o pasar tiempo ocupados en estos.
La invasión de monitores en los pequeños desde temprana edad, puede afectar fuertemente las capacidades intelectuales del menor, su desenvolvimiento social carece de dinamismo es decir les cuesta trabajo relacionarse; en los colegios la relación con sus compañeros es fría y en casa el exceso de televisión puede provocar trastornos del sueño e inseguridad de sí mismos.
Para muchas familias es difícil atender a los menores en el hogar y al ponernos frente al televisor suele ser una alternativa o costumbre para que los pequeños puedan dejarlos ocuparse en otras labores; mientras que para el niño se convierte una necesidad. La programación en la actualidad carece de contenidos y la mayor parte de la publicidad o mensajes informativos son dirigidos a adultos. Las telenovelas y películas con contenido sexual, palabras altisonantes, el doble sentido, la violencia en noticieros, entre otras cosas que generalmente los adultos ignoramos la gran influencia que tienen en los niños. Otro factor no menos importante es el internet, cada vez más pequeños con menor edad utilizan el computador con juegos violentos o más adelante, la invasión de redes sociales.
Los infantes en el mundo de las redes sociales carecen de juicio para definir qué es real o qué es mentira, el contenido en este medio de comunicación carece de veracidad y suele tener un objetivo, incluso el mismo bombardeo de las redes sociales a personas adultas pueden llegar a envolver y así, ser víctimas de algún fraude o mentira; es decir que los pequeños son presa fácil para cualquier tipo de engaño además de que en este medio, personas sin escrúpulos se dedican a delitos como trata de personas, tráfico de drogas, órganos, pederastia, prostitución y la más grande de todas pornografía. El riesgo al que los pequeños están expuestos puede llegar a generar situaciones lamentables; no obstante, la cultura que vivimos actualmente hace que a través de estos medios electrónicos donde se interactúa, en redes sociales nos comuniquemos con personas de otras regiones, países y culturas, de tal manera que son útiles aunque también peligrosas ya que utilizados incorrectamente, podemos ser timados por falsas identidades que buscan aprovecharse de la confianza del receptor.
La reflexión propuesta en esta ocasión es sobre el uso de redes sociales en los pequeños de casa. El control, la supervisión, pero más importante la disciplina en horarios y la clasificación de contenido, es la línea que debemos marcar en casa para lograr una educación complementaria.
Los menores que desde pequeños se introducen en el internet, conforme pasa el tiempo se hacen más hábiles en dicha área; sin embargo, la curiosidad es cada vez mayor y teniendo libertad de exceso en la búsqueda de contenidos no apropiados según su edad, el internet se convierte en ese aliciente que mantiene interesado al menor.
Estudios indican que infantes de 8 a 10 años de edad ya han interactuado con al menos una persona a quien no conocen, lo cual es alarmante ya que el riesgo de ser víctima de abuso sexual, secuestro o algún otro delito, es alto. La información que proporcionamos en perfiles personales en redes sociales, deben ser mesurados y la restricción de éste también debe ser ajustado, debido a que estas herramientas están precisamente diseñadas para conocer gente de otras culturas, países, etc.
Foto: Internet.