El Recuento de los Daños después del 7-0 a México

Por; José Manuel R. Racilla
 

Aunque el domingo pasado lo dudé, debo reconocer que los domingos son y serán mis días favoritos. A pesar de las rabietas de don “Tito”, mi padre, un trabajador  eterno, humilde y soñador, con carácter de los “mil demonios”, pero de un corazón tan grande que me enternece reconocerlo, y que con ideas políticas de izquierda y enemigo ideológico del sistema, trato de reemplazar mis domingos de balompié por las letras y sus ideales partidistas. Este domingo te extrañé, pues dudé mucho, pues por un momento sentí  que después de aquel  7-0 que debí hacerte caso.   

Hoy después de dicha formación me puedo sentir agradecido contigo, pues el amor a todo lo que pueda llamarse deporte me recorre las venas tan fuerte como pocas cosas, y que al ser bastante burdo y patético al practicarlos, elegí escribir para poder estar tan cerca de ellos como en mis sueños de infancia, pero si padre, dudé, pues nuevamente, este domingo, sentí que debí hacerte caso. 

Te extrañe tanto, pues ver a un absurdo equipo de futbol llamado selección mexicana de futbol perder las formas, las agallas y hasta la vergüenza me hicieron pensar nuevamente que tenías razón, Un equipo llanero muestra mas alma y coraje al ser superado, no exagero. Observar a un equipo sin vergüenza y exhibidos sin mínimo afán de competir, sin un grito de reclamo, una entrada fuerte para hacerse sentir sobre el terreno de juego, un choque bravío, o una barrida temeraria, lo visto fué simplemente patético.

Existen formas.  Una semana después de la derrota más grande y humillante del futbol mexicano, insisto en el hecho que existen formas de asumir responsabilidades las cuales en el futbol mexicano no acostumbra. Por supuesto que en cualquier deporte está presupuestado en caer derrotado, y claro es también que en los grandes corporativos los fracasos deben ser solventados con la debida eficacia y responsabilidad, pero de esto nada existe, ni en los integrantes de la selección nacional, mucho menos en la federación mexicana de Futbol.

El debate hoy, es saber si es correcto o no despedir Juan Carlos Osorio, ¡Pamplinas!, esa pregunta la hemos hecho los últimos veinte años con cada entrenador. Una selección sin alma, aburguesada y faltante de orgullo por vestir esa camiseta es el error. Ya lo dijo alguien, basta ya de culpar exclusivamente a cada entrenador por cada fracaso, pues la parte de las rotaciones constantes solo es una parte de este penoso momento. 

Don "Tito", me hiciste dudar, lo admito, pero amo este deporte, y se que lo entiendes, y a pesar de haber cosas mas importantes en este país, a esto me dedico. Hoy fuimos testigos de la patética actuación de cada uno de los seleccionados, que sin una mínima parte de vergüenza se dejaron vencer ante un equipo que dio una lección de futbol y mentalidad ganadora. Hoy los que deberían hacer conciencia son ellos, pues los finos campos de Europa son tan bellos, únicos y perfectos, que venir a vestir la camiseta verde es tan poca cosa y una absoluta perdida de tiempo para tan grandes estrellas de su calibre, esto según su absurda forma de pensar.

El medio pide limpia, y esta vez no de dirección técnica; piden cabezas, y esta vez no debe ser la de Juan Carlos Osorio, el error está en ese vestidor y parece que nadie quiere verlo, pero si alguien sabe más de futbol y dice lo contrario, que firmen a Mourinho, Guardiola o Bielsa, y después de un año de contrato, buscamos nuevo entrenador, pues a quien elijan de esos tres, este grupo de falsas estrellas lo destrozará sin ningún miramiento.